La evidencia científica indica que los suplementos que ofrecen vitaminas antioxidantes en muy altas dosis (bajo la forma de productos nutracéuticos, farmacéuticos o suplementos alimenticios) no solo son inefectivos para reducir el riesgo relativo de desarrollo de enfermedades del tipo cardiovasculares y tumorales, sino además, su consumo (no prescrito) puede incrementar el riesgo de desarrollo y/o muerte por dichas enfermedades (para mayor información).